TEST DE AUTOESTIMA

Presentaremos aquí algunas estrategias que pueden contribuir a desarrollar y mantener una buena autoestima si son practicadas de manera regular, al mismo tiempo que una actitud más constructiva en relación a uno mismo.
La dismorfia corporal (también conocida como dismorfofobia o trastorno dismórfico corporal) se expresa, en términos generales, como el rechazo explícito a un atributo concreto (o a varios) del cuerpo.
Supone una distorsión en el proceso de autopercepción, que magnifica un pequeño defecto (inapreciable a los ojos de los demás) o que directamente lo identifica donde no está. En lo sucesivo exploraremos cada uno de sus síntomas fundamentales.
Es un trastorno relacionado con la percepción que una persona tiene de su propia imagen física. En algunos casos, estas personas se sienten acomplejadas por algún defecto físico que, aún siendo real, ellas magnifican de forma desmesurada.
Las grandes protagonistas de redes sociales como Facebook, Instagram, Twitter o Snapchat, son las fotos, y más ahora en verano. “Selfies” e imágenes de famosos y famosas nos reiteran una y otra vez un supuesto modelo de “cuerpo perfecto”. Es normal que todas y todos al mirarnos al espejo y recordar estos modelos de belleza, nos hagamos preguntas como: ¿Tengo el pecho demasiado pequeño? ¿Mi nariz es demasiado grande? ¿Están tan marcados mis pectorales? ¿Tengo el vientre suficientemente plano?… Hacerse preguntas de este estilo puede ser normal, pero para algunas personas estas preguntas son la expresión de una preocupación excesiva, y las respuestas siempre apuntan en la misma dirección: ven en el espejo defectos, deformidades y carencias. Estas personas pueden padecer un Trastorno Dismórfico Corporal, también denominado con términos como Dismorfia Corporal, Dismorfofobia, Síndrome de la Distorsión de la Imagen o más comúnmente Síndrome del Espejo.
El gang bang es una práctica sexual en la que una mujer mantiene relaciones con 3 o más hombres. Es como una orgía con la diferencia que hay una mujer y muchos hombres.
El gang bang va muy estrechamente ligado a otra práctica, el bukkake. El bukkake es aquella práctica en la que varios hombres eyaculan en la cara de una mujer. Es por ello que en un gang bang se da la situación ideal para llevar a cabo el bukkake.
Es una práctica en la que la mujer se siente sometida a un gran número de hombres, se siente «utilizada» por ellos y tiene que estar dispuesta a darles placer. Eso es una fantasía que tienen muchas mujeres, porque es una «humillación» consentida y el hecho de sentirse así es algo que excita muchísimo.
La humillación es un estado emocional negativo que deja una profunda huella en cada uno de nosotros. Sentir que carecemos de valía, que somos mediocres, que hagamos lo que hagamos quedaremos en ridículo es una cruz que podemos arrastrar durante largo tiempo.
El sentimiento de humillación ocasionaba una actividad cerebral mucho más rápida e intensa que la alegría, más negativa que la ira, y que además, las áreas vinculadas al dolor se activaban.
La humillación es una emoción desagradable e intensa que suele perdurar en el tiempo por la profundidad de su herida. Afecta a nuestra autoestima y de algún modo hace que sea muy complicado volver a aumentarla.
¿Qué podemos hacer ante todo esto? ¿cómo evitar que la humillación deje una huella profunda en nosotros? ¿de qué forma gestionar el malestar que nos provoca?
La clave está en conocernos y valorarnos. En no otorgar más poder a la opinión de los demás que a la nuestra propia. En saber quienes somos e impedir que los demás nos definan. En definitiva, en cuidar nuestra autoestima para que en los momentos de dudas, seamos capaces de recuperar la confianza en nosotros.
Valorémonos hasta el punto de que cualquier intento humillante por parte de alguien externo nos resulte indiferente. Porque no podemos evitar que otros nos humillen, pero sí podemos cambiar la manera en que esto nos afecta.
Los grandes cambios de la vida precipitan una revisión de las creencias que albergamos respecto a nosotros mismos, con el fin de determinar nuestra capacidad y recursos para afrontarlos con éxito. Los trastornos adaptativos se cimientan, por lo tanto, sobre una pobre autoimagen.
Las personas con baja asertividad pueden mostrarse agresivas en sus interacciones o todo lo contrario, pasivas y vulnerables al conformismo social. Ambos extremos comunicativos dificultan el intercambio mutuo de perspectivas y la consolidación de vínculos basados en la confianza.
¿Cómo saber cuando una persona no es asertiva?
La asertividad es una habilidad social que se trabaja desde el interior de la persona. Se define como la habilidad para ser claros, francos y directos, diciendo lo que se quiere decir, sin herir los sentimientos de los demás, ni menospreciar la valía de los otros, sólo defendiendo sus derechos como persona.
Todo hábito (tabaquismo, p.e.) se construye sobre una inercia que queda impresa en la cotidianidad, integrándose en el normal desarrollo del día a día. Abandonarlo supone, por tanto, resistir a los condicionamientos que auspiciarán (generando cierto malestar) su reinstauración.
«el hábito de la lectura es muy recomendable; el hábito de fumar es muy perjudicial; la simple variación de algunos malos hábitos alimentarios puede resultar muy beneficiosa para la salud»
La búsqueda de una etiqueta con la que describir quiénes somos resta incertidumbre al proceso de asentar nuestra identidad, pero a costa de sacrificar los matices que nos hacen únicos. Nadie puede ser reducido a un diagnóstico, pues ello implicaría un proceso de deshumanización.
Identidad y Personalidad son dos conceptos que van unidos: uno es y se diferencia de los demás por esa consciencia de ser único y diferentes del resto. La identidad se correspondería a quién es, como se ve esa persona como diferente del resto; la personalidad se correspondería a cómo se comporta.
Mientras que en el caso de una actividad de identidad psicológica colectiva se produce a nivel del individuo, una conciencia colectiva se describe escenarios en los que una pluralidad de personas que ya no actúan en autonomía forman parte de una red que posee sus propias características psicológicas y agencia.
Es una actitud existencial que nos protege de la crítica constante con la que solemos comunicarnos con nosotros mismos. Implica la integración emocional de nuestros rincones más oscuros, la disposición a dotarlos de claridad y la tolerancia a la imperfección.
1- Observa el sufrimiento y descubre por qué te ocurre.
2- Mira tu sufrimiento tal y cómo es. Siéntelo. No lo reprimas.
3- Acepta el sufrimiento en lugar de ignorarlo. Acepta que sufrir es parte de la vida, y que si pones de tu parte es temporal.
4- Desea tu felicidad y el fin de tu sufrimiento. Date un abrazo mental.
5- Deja marcha ese sufrimiento de tu corazón. Libéralo o déjalo a un lado. Aprecia las cosas tal y cómo son. Debes estar presente en tu realidad.
6- Sé agradecido por tu realidad actual y por la fuerza que tienes para poder cambiar tu realidad para hacer otra mejor.
La autocompasión es una práctica que puede cambiar mucho la manera en que nos percibimos a nosotros mismos.
La autoestima es una suma de percepciones, evaluaciones, emociones y conductas orientadas hacia uno mismo, hacia cómo somos y qué hacemos, y hacia las características físicas y nuestra forma de ser. En definitiva, es la percepción que tenemos de nosotros mismos.
Por otro lado, la autoestima resulta muy importante en tu vida porque repercute en tu carácter y en el sentido que otorgas a tu valía personal. Así de este modo, afecta a tu manera de estar, de actuar en el mundo y de convivir con los otros. Tu manera de pensar, de expresar y sentir tus emociones, de decidir y de compórtate está directamente influenciada por la autoestima que tienes.
Tu autoestima está muy relacionada con el modo en el que sientes que se te valora, se te quiere y se te aprecia por parte de los demás, y también con cómo te valoras, te aceptas y te quieres.
Cuando logras tener una autoestima sana te sientes bien con quien eres, aprecias tu propia valía y sientes orgullo de tus habilidades y metas alcanzadas.
Por el contrario, cuando tu autoestima está baja sientes que no gustarás a nadie, que nadie te aceptará o consideras que nada se te da bien.
Cualquier persona puede tener problemas con la autoestima a lo largo de la vida. De hecho, cuando nuestra autoestima es especialmente vulnerables es durante la adolescencia, ya que es cuando estamos descubriendo quiénes somos y cuál es nuestro lugar en el mundo. En la edad adulta también estamos expuestos a sufrir por problemas de autoestima, cuando pasamos por periodos de críticos de nuestra vida (separación de pareja, perdida de trabajo…).
Pero hay una buena noticia. Como la idea que tenemos de nosotros mismos va cambiando a lo largo del tiempo, la autoestima no resulta inamovible ni fija de por vida. Así que, si sientes que tu autoestima es baja, puedes aumentarla.
Con la técnica del espejo puedes mejorar tu autoestima, ya que está basada en la observación personal de cada uno frente al espejo, así como en la que realiza el entorno en el que nos desarrollamos.
Podrás hacer esta dinámica con tus hijos, tanto si son niños como si son adolescentes, dado que los primeros años de vida son una etapa clave para mejorar su concepto de sí mismos.
Eso sí, antes de empezar recomiendo que recopiles una información previa; para ello tendrás que responderte a estas preguntas que te aclararán cuál es tu opinión sobre ti mismo.
Una vez hayas respondido a estas preguntas, será hora de mirarte en el espejo.
Ponte frente al espejo y ve respondiendo a estas preguntas:
Debes hacer el esfuerzo de ver todas las características positivas que tiene la persona que ves en el espejo (tú), que seguro que hay muchas, y así aprenderás a reconocerlas.
Te podrá impresionar cómo dices características personales positivas que percibes de ti mismo, y que con frecuencia no reconoces, ni valoras.
También sería bueno apoyarte también en la información que den de ti amigos o familiares: saber si estás de acuerdo con lo que opinan de ti, qué cosas ven ellos en ti que tu no tengas en cuenta. Con esta técnica podrás saber cuál es tu imagen de ti mismo, cómo te percibes, qué impresión crees que das, y rebajar sobre los aspectos más relevantes y potenciar aquello que ves más positivo.