Andreas Baranowski y Heiko Hecht, los investigadores alemanes que en 2015 replicaron el experimento de 1978 en una discoteca -y hallaron los mismos resultados- se preguntaron qué pasaría si las mujeres recibieran una oferta de sexo casual de una forma en la que no tuvieran que temer, ni por su reputación ni por su integridad física.
Idearon un segundo experimento para atenuar el factor miedo: invitaron a un grupo de voluntarios, hombres y mujeres, a un laboratorio con el pretexto de ayudar a una empresa de citas a evaluar su algoritmo de compatibilidad.
Les presentaron diez fotos de miembros del sexo opuesto y les hicieron creer que los diez ya habían acordado reunirse con ellos (ya sea para una cita o para tener sexo).
Los resultados fueron notables: casi no hubo diferencias entre los sexos.
El 100% de los hombres y el 97% de las mujeres aceptaron tener una cita con al menos uno de los candidatos, con el potencial de tener sexo.
Otro estudio realizado por Terri Conley alcanzó conclusiones similares.
Conley decidió utilizar figuras reconocidas -estrellas de Hollywood- como las potenciales parejas casuales, en vez de extraños.
La mayoría de los hombres y mujeres encuestados dijo que aceptaría tener sexo casual con Angelina Jolie y Brad Pitt, respectivamente.
Le preguntó a un grupo de hombres si se aceptaría una propuesta sexual de Angelina Jolie y a un grupo de mujeres si aceptaría tener sexo con Brad Pitt.
La mayoría de los consultados dijo que sí.
Estos experimentos pusieron en tela de juicio las conclusiones tan categóricas que por décadas se mantuvieron respecto al famoso trabajo de Hatfield y Clark.
Y sugieren que la imagen que tienen muchos de que las mujeres son conservadoras y no les gusta tanto el sexo como a los hombres, está errada.
(* Este artículo está basado en el programa «¿Te quieres acostar conmigo?» de BBC Radio 4. Puedes escucharlo en inglés aquí.)
«Lo que realmente somos es seres sociales y no puedes separar una cosa de la otra», aseguró.
Una respuesta a «EL DESEO SEXUAL DE LA MUJER»
[…] Muchas mujeres no experimentan el deseo sexual en el inicio del intercambio, sino que aparece más tarde, porque se busca conscientemente. La realidad es que, el deseo sexual no tiene que estar presente para que las mujeres quieran, y puedan, mantener relaciones sexuales y, de hecho, en parejas de larga duración, no siempre se da en el inicio del intercambio amoroso. La libido femenina aumenta con el tiempo y las mujeres alcanzan la madurez sexual hacia los 35 años, pero el deseo, no obstante, se ve afectado por la propia rutina de una relación amorosa. “cuanto más tiempo pasa una mujer en una relación, menos deseo sexual siente”. […]